¿Qué tan significativa puede llegar a ser la robótica en la salud mental de la niñez chilena?

Florencia Álamos, Directora Ejecutiva de Fundación Kiri, es parte de proyecto pionero para evaluar el impacto de la robótica en la salud mental infantil

En un esfuerzo por responder a esta pregunta, un equipo de científicos, liderado por Florencia Álamos, PhD. en Neurociencia y Directora Ejecutiva de Fundación Kiri, y el Dr. Francisco Aboitiz, director del Centro de Neurociencia UC, se encuentra explorando el impacto de la robótica en la salud mental infantil en Chile con un ambicioso proyecto que se denomina “Viaje al centro del cerebro”.

Este proyecto pionero busca no solo avanzar en la comprensión de esta relación, sino también sacar a la neurociencia de las cuatro paredes y establecer puentes con organizaciones de la sociedad civil. “Para que la academia no quede aislada”, explica Florencia Álamos. Este enfoque interdisciplinario ha llevado al centro a colaborar con fundaciones como Mustakis y Kiri, y representa un salto en la integración de la neurociencia en la sociedad chilena.

El proyecto se centra en la implementación de talleres de robótica en escuelas de alto riesgo social de la Región Metropolitana. A medida que los niños y niñas participan en estos talleres, se realizarán pruebas conductuales y se medirá su actividad cerebral mediante electroencefalografía (EEG). Esta iniciativa, llamada “programa de robótica integral,” tiene como objetivo evaluar el desarrollo cognitivo, social y emocional de los participantes a lo largo del tiempo.

Álamos, científica del Centro de Neurociencia UC y colaboradora en este proyecto, explicó: “Queremos ver cómo el cerebro, estimulado de forma ecológica e integral por este programa de robótica, es capaz de generar cambios plásticos en las funciones cognitivas, sociales y emocionales durante el desarrollo.”

La metodología utilizada en el programa se inspira en el Ecological Approaches to Social Emotional Learning (EASEL) Lab de la Universidad de Harvard, que se enfoca en aproximaciones más ecológicas y holísticas.

En cuanto al motivo de utilizar la robótica en este estudio, Álamos señaló: “Hoy estamos en una explosión de robótica e inteligencia artificial, lo que hace que trabajar en este tema en el ámbito educativo y científico sea altamente relevante. Además, se alinea con nuestra investigación en el desarrollo de sistemas de registros cerebrales en adultos y en la aspiración de impulsar interfaces entre cerebros y computadoras.”

Si este proyecto logra demostrar efectos cognitivos y socioemocionales con un respaldo neurocientífico sólido, se planea publicar los resultados en revistas de alto impacto debido a la novedad de la propuesta. Además, se considera la posibilidad de utilizar los hallazgos como una herramienta de intervención social para beneficiar a más niños en situaciones similares.

Todas las investigaciones que involucran a niños y niñas están sujetas a una revisión ética rigurosa por parte del Comité de Ética de la Facultad. La seguridad y el bienestar de los participantes son una prioridad en este proyecto.

El Dr. Francisco Aboitiz, director del Centro de Neurociencia UC, también comentó sobre otros aspectos de la investigación en curso en el centro, como las interfaces entre cerebro y computadora y el desarrollo de un “localizador funcional” personalizado para pacientes sometidos a neurocirugía.

Este proyecto no solo representa un avance significativo en la comprensión de la relación entre la robótica y la salud mental infantil, sino que también destaca el compromiso del Centro de Neurociencia UC, y a su vez, de Fundación Kiri, en acercar la neurociencia al público y promover la colaboración interdisciplinaria.